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Salí de la oficina de Bastián, quizás no tuvimos la mejor conversación, pero logré que las del servicio de limpieza no perdieran su empleo.

Me disponía a esperar que el ascensor se abriera para marcharme, pero en cuanto lo hizo un rostro conocido salió del ascensor.

—¿Kiara Walton? —, saludo la chica, era joven, pero podía notar que era mayor que yo, quizás por la postura de su cuerpo o su vestimenta, la había visto en dos ocasiones, sabia que formaba parte de los abogados de Bastián, estaba el día que nos reunimos en la sala de juntas y también había sido la testigo en mi matrimonio al junto de Duclen.

—Si—, respondí.
—Es un placer verte, se que Bastián no nos ha presentado, pero mi nombre es Nora De Santis—, anuncio la chica extendiéndome su mano, la mire un segundo, no entendía su cordialidad.

—Creo que no hace falta presentarme, al parecer ya me conoce—, dije aceptando su mano.
—¿Qué la trae por acá señora Davis?
Quizás pueda ayudarle—, se ofreció ella amablemente.
—Gracias, pero ya me marcho señorita De Santis—, exprese.

—Oh, no por favor, puede llamarme Nora—, pidió ella.

—De acuerdo, que tenga un buen día Nora—, respondí para caminar al ascensor.

—Kiara—, manifestó Nora llamando mi atención, me gire para verla otra vez.
—Dígame—, la anime.

—Tengo entendido que usted acaba de culminar la facultad, ¿estudio derecho cierto?
—, inquirió ella revisando su maletín.
—Si, me gradué recientemente—, respondí.

—Quizás no lo sepa, pero la firma Davis tiene un excelente programa para pasantes, puede que le interese si piensa incursionar en el mundo del derecho—, informo Nora extendiéndome un volante en su mano.

Tome el volante para mirarlo rápidamente.

—Gracias Nora, pero dudo mucho que el señor Davis desee verme trabajando aquí. Usted entiende ¿no? —, sostuve.
— Kiara, creo que su vida profesional debe ser independiente frente a su vida sentimental, seria una buena oportunidad para usted y aprendería de los mejores—, trato ella de convencer.

—Lo pensare. Gracias por la información—, concluí para subirme al ascensor.

Miré el volante otra vez, salí del ascensor arrojando el volante en el primer zafacón que encontré, primero muerta antes de trabajar en el mismo lugar que ese imbécil.


POV BASTIAN DAVIS


—Buen día—, me saludo Nora animadamente entrando a mi oficina.

—¿Debo preocuparme por tu aparente felicidad?
—, indague sin dejar de mirar mi ordenador.
—Vi a tu esposa hace momento—, anuncio Nora sentándose en frente de mí.

—Si, vino a suplicar por el personal de limpieza de mi apartamento al cual despedí—, conté.

—¿En serio?
, ¿Por qué harías eso? —, pregunto Nora sin entender.
—La muy tonta entro a mi habitacion sin mi permiso y destrozo mi guardarropa—, confese levantando mi mirada y fijándola en Nora.

Pronto escuche la risa de Nora inundar mi oficina, cabreándome aún más por lo ocurrido.

—No le encuentro la gracia—, gruñí.
—Es una fiera—, afirmo ella entre risas.

—Lo que es, es una mocosa sin educación—, contrarresté.

—Vamos Davis, por lo menos debes admitir que tu fierecilla tiene carácter, mira que enfrentar al Lobo de Minnesota uff, tiene mi respeto tu mocosa—, indico Nora.

Sabia que tenia razón, Kiara tenía una personalidad única y su carácter podía resultar ser bastante odioso cuando se lo proponía, pero tenia lo que le faltaba a su padre, huevos para enfrentarme.
Para mi todos los Walton eran lo mismo, una familia respetada a bases de negocios que le han dado resultado, algunos fraudulentos y otros justos, pero eran muy pocos lo de esa familia que se le podía llamar justo; y luego estaba Kiara, la escuincla que no sabe nada de lo que es capaz su familia cuando se habla de poder, pensar en Kiara solo me hacía pensar, en una palabra, <<inocencia>>, a pesar de su genio sabia que era una de las muy pocas mujeres a las cuales podía llamarles inocentes.

—¿Por qué no te permites ser feliz Bastián? —, pregunto Nora de la nada.
—Seré feliz cuando vea a Rob Walton sin nada—, escupí.

—Ahora estas casado, porque no te das la oportunidad de sentir algo por lo menos—, chillo ella.
Cada vez que hablaba con Nora sobre este tema ambos terminábamos discutiendo.
—Sabes bien que no creo en eso—, me excuse.

—No crees en eso porque te la pasa follando con putas.
Lo cual es mucho más fácil para ti—, dijo con veneno.
—No tengo tiempo para sentimientos, solo tengo cabeza para una sola cosa y no descansare hasta lograrlo Nora—, alegue.

—¿Lograr qué?
, ¿Destruir a Rob Walton o lastimar a su hija? —, reprocho ella.
—¿Existe alguna diferencia?
, al final de cuenta todos son Walton —, explique con naturalidad.
—Eres increíble—, gruño entre dientes.

—Si Kiara Walton no se cruza en mi camino, todo resultara bien para ella, pero si la escuincla se atreve a interferir en mis planes no tendré piedad con ella—, asegure.

—Espero que un día tus palabras no se conviertan en tu peor maldición Bastián, porque no se si estaré hay para alegrarme o para sentir pena por ti—, declaro Nora.

—El día que eso llegue a pasar, ten por seguro que quizás sea otro Bastián—, afirme, para reincorporarme en mi trabajo, dando por terminado este asunto.

—Le he propuesto a Kiara formar parte de los pasantes de este año en la empresa—, soltó sin más Nora.
—¿Qué hiciste que diablos?
—, rabie despegando mis ojos de mi ordenador otra vez.
—Necesita la pasantía, si su padre piensa ponerla al frente de Walton Real State—, tartamudeó ella.

—Ambos sabemos que la mocosa no será gerente ni CEO de esa maldita compañía, porque antes de que eso suceda ya yo tendré el control de ella—, ladre.

—Necesitas tenerla ocupada, y lo sabes—, confeso ella teniendo razón, necesito mantener a Kiara lo bastante ocupada para que no siga dándome problemas.

‍​‌‌​​‌‌‌​​‌​‌‌​‌​​​‌​‌‌‌​‌‌​​​‌‌​​‌‌​‌​‌​​​‌​‌‌‍Llegue a casa sintiéndome vacía, me peguntaba que clase de vida tenia, si a esto se le podía llamar vida. Salí de la casa de mi padre siendo nada para venir a vivir a otra y continuar siendo nada, necesitaba hacer algo por mí misma.Nunca fui buena para los negocios como Kate o Will, de hecho, nunca encontré mi lugar dentro de los Walton, pero trataba de darle los menos problemas posibles a mi padre, aunque me resultara algo difícil. Desde pequeñas mi padre nos educó para esto, sabia que al final de cuenta tanto yo como Kate terminaríamos en manos de algún multimillonario; no me importaba el dinero, siempre he vivido rodeada del monstruo verde, quizás por eso siempre le he buscado el sentido a mi vida más allá de ser un Walton.

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