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No se que me pasa con Bastián, siento que lo odio, pero a la vez no logro comprender porque no puedo odiarlo lo suficiente, no como yo quisiera.

Luego de pedirle disculpas al personal de limpieza e informarle que Bastián había desestimado la orden de prescindir de sus servicios, me encerré en mi habitacion, hoy tampoco cenaría, prefería dormir.

Me desperté temprano, iría a la empresa de Walton Real State, quería empezar a conocer sus procesos, elegí uno de los trajes de oficina de los cuales Bastián me había comprado, desayunaría rápidamente para irme al trabajo.

—¿A dónde vas? —, preguntó Bastián sentándose en frente de mí esperando que le sirvieran el desayuno.
—Te aseguro que a cualquier lado menos donde vayas tu—, ataque para luego levantar mi taza y dar un sorbo con mucha naturalidad.

—Espero que no estes pesando en ir a Walton Real State—, indico él.

—¿Por qué?
—, indagué.
—Por que tu padre no sería tan tonto como para entregarle una empresa a una abogada que ni siquiera es novata—, expresó.

—¿Novata?
—, repetí sin comprender.
—Los abogados sin experiencia mocosa—, verbalizo levantando el periódico que yacía sobre la mesa.

—¿Te burlas de mí?
—, pregunté.

La cocinera apareció trayéndole el desayuno a Bastián y dándome una mirada rápida.

—Se que Nora te ofreció ser parte de programa de pasante de la firma, y si quieres mi consejo deberías aceptar—, sostuvo.
—No necesito tu consejo—, declaré con firmeza.

—Deja de comportarte como una niña, si quieres que tu padre ponga en tus manos una compañía debes demostrar que puedes, acepta el programa de pasante, trabaja en la firma Davis por un año y consigue la experiencia necesaria para ser la CEO de Walton Real State, si es eso lo que quieres—, expresó sin titubear en ninguna de sus palabras, desearía tener esa maldita seguridad.

—¿Debo creer en tu falsa preocupación por mi vida profesional? —, dije con ironía.
—No me preocupo por ti, me rayas un auto y haces trizas mis ropas, ¿crees qué yo te dejaría estar en esta casa sola?
, solo hace falta que incendies mi apartamento—, espeto él.

—Hablare con mi padre, quizás te equivoques—, debatí solo por llevarle la contraria.
—De acuerdo, James te llevara a la empresa de tu padre—, manifestó Bastián.

—iré en mi auto—, informé.

—No será posible—, dijo él.

—¿Por qué?
—, pregunté con obviedad.
—Le están instalando el sistema de seguridad—, manifestó.

—No necesito un GPS, no necesito que sepas donde este cada puto minuto—, gruñí.

—Ni siquiera hago esto por ti Kiara, me importa muy poco lo que hagas y lo que te sucede, lo hago por tu madre—, explicó Bastián.

Me levante de la silla para cepillarme los dientes, se me había quitado el apetito.

Salí con mi bolso en busca del gorila de James, fui hasta el parqueo subterráneo para encontrarme con él.

— Señora Davis—, saludo el, que irónico resultaba todo, la primera vez que vi a James le había rayado el auto y ahora me convierto en su señora.
—A la oficina de mi padre por favor—, ordené para acercarme a la puerta trasera del auto.

James camino rápidamente para abrirla, pero lo detuve.


—Puedes tener por seguro, que yo puedo abrir mis propias puertas—, afirmé tomando la manija del auto para subirme.

James esperaba afuera mientras yo estaba a dentro en la oficina de mi padre. Luego de llegar a la oficina no perdí tiempo, entre sin anunciarme inmediatamente.

—No te dejare ser la máxima ejecutiva de Walton Real State Kiara—, dijo mi padre, luego de pedirle que me dejara tomar el mando de la empresa que él me prometió.
—¿Qué?
, me hiciste estudiar una profesión que no me gusta por nada, ¿eso quieres decir papa? —, tartamudee.
—Tu lugar esta al lado de tu esposo—, espetó mi padre.

—¡Dile lo mismo a Kate!
—, vocifere molesta. — A ella le entregaste prácticamente todo, te representa delante de todos—, expresé enojada.
—No te permitiré que vengas a mi empresa y a mi oficina a faltarme el respeto—, se defendió mi padre.

—Haz lo que tengas que hacer, pero mañana me sentare en la mesa ejecutiva de Walton Real State—, aseguré.

—No pondrás un pie en esa empresa, no hasta que no tengas experiencias, ¿Cómo piensas defender la firma inmobiliaria de los Walton si nunca has ido ni siquiera un juzgado?
, ¿alguna vez vendiste alguna casa?, ¿has cerrado algún negocio Kiara? Kate no solo ha cerrado negocios millonarios, ha logrado arrebatarles a grandes hombres oportunidades millonarias. ¿Dime que has hecho tu? —, me pregunto mi padre apuñalado mi corazón.

—No he hecho nada, solo casarme con un hijo de puta por ti. Ese sacrificio no es nada comparado a los millones que ha logrado Kate para tus bolsillos ¿cierto? —, manifesté con dolor.
—Kiara—, susurró mi padre poniéndose en pies.

—¿Qué es lo que quieres de mi papa?
—, indagó con mis ojos cristalizados.
—Solo quiero que madures por una maldita vez, puedes parecer una niña, pero eso no significa que lo seas, tienes veintitrés años, a tu edad yo tenia el mundo bajo mi pies—, concluyo mi padre.

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Era increíble saber que justo en este momento iba de camino a la firma de Bastián, no se si hablar con mi padre me ayudo o simplemente hizo que arrojara mi cabeza delante del señor Davis, pero necesitaba ser una pasante o novata, como sea que se diga.

Me presente delante de Fannie quien me miró sorprendida, esa cara solo podía significar dos cosas, o Bastián tenía a una puta en su oficina o ella no me esperaba y lo segundo solo era el punto de unión de lo primero, pero en ambos cosos yo venía por Nora.

—Señora Davis—, saludo Fannie poniéndose de pies.
—Tranquila, no vengo por mi esposo—, manifesté rápidamente.

—Ah… puedo llamarle y decirle que su esposa está aquí—, se ofreció la secretaria de Bastián.
—No, por favor comunicar a la señorita De Santis que deseo verla—, pedí.

Fannie tomo su teléfono marcando la extensión de Nora, esperaba que me recibiera antes de que la puta que tenia Bastián en su oficina saliera.

—Señora Davis acompáñeme por favor—, me solicitó Fannie una vez que colgó su teléfono.

Me dirigí entre los pasillos siguiendo a Fannie, hasta llegar a una puerta, la secretaria de Bastián toco varias veces hasta que escucho la voz de Nora decir adelante.

—Kiara, que gusto volver a verte—, saludo Nora caminando hacia a mi para darme un abrazo, venia analizando a esta chica y me daba cuenta de que era muy receptiva.
—El gusto es mío—, indiqué luego de que rompiera el abrazo.

—Siéntate por favor—, pidió rodeando su escritorio para sentarse en su silla.

—Se que es extraño mi visita, pero pensé en tu propuesta y me interesaría aplicar para el programa de pasantes—, solté sin más, no me gustaban los rodeos.

—¿En serio?
—, pregunto sorprendida.
—Si—, respondí.

—Excelente, llamare a el departamento de gestión humana, preguntare por las posiciones que tenemos disponibles y según tu perfil te aseguraremos de enviarte al departamento más acorde—, explicó Nora tomando su teléfono.

La veía hablar con alguien, hasta quedarse en completo silencio por un largo tiempo, para luego romperlo pidiendo que hicieran a Duclen subir a su oficina.

—¿Sucede algo? —, pregunté al ver su cara palidecer por un momento.
—No, todo esta perfecto—, aseguró ella regalándome una sonrisa que más bien parecía una mueca.

Alguien tocó en la puerta, Nora lo hizo pasar vociferando la palabra adelante. El asistente de Bastián ingreso a la oficina quedándose en pies detrás de mí.

—Buen día señorita Nora—, saludo Duclen, —Señora Davis—, dijo dirigiéndose a mí.
—Puedes tomar asiento Duclen—, indicó Nora señalando la silla a mi lado.

—La señora Davis a partir de hoy será pasante en la firma de abogados; Quiero informarle Sr. Gonzalez que su solicitud para pertenecer al departamento jurídico fue aprobada, a partir de hoy empezará a formar parte de el—, le informó Nora a Duclen quien la miraba sin comprender.
—Señorita Nora, aún falta un mes para cumplir mi año como pasante—, refutó él.

—Lo sé, pero necesito ubicar a Kiara en algún lugar y ella tomará tu puesto como asistente de Bastián—, soltó Nora sin más.

—¿¡Qué!
—, grité llena de colera, —Prefiero ir al departamento jurídico—, pedí nerviosa.
—Lo siento Señora Davis, pero ningún novato puede ir a ese departamento—, se excusó Nora.

—¿El señor Davis sabe de esto?
—, preguntó Duclen algo juguetón.
—El señor Davis es el Ceo de la firma, pero yo me encargo de los pasantes y los ubico donde yo decida, Kiara será la nueva asistente de Bastián y tu iras al departamento jurídico—, sentenció Nora.

—De acuerdo—, afirmó el asistente de Bastián.

—Ordenare que te habiliten un escritorio dentro de la oficina del señor Davis, te necesitará cerca—, aseguró ella.

—Quiero ver esto—, susurró entre dientes Duclen con una sonrisa.

—Borra la maldita sonrisa de tu cara—, le grité a Duclen con rabia.

—Kiara, cariño solo es trabajo—, trató de calmarme Nora.

—¿No existirá otro puesto?
—, aventuré.
—No, lamentablemente la fecha límite para depositar la solicitud y aplicar al programa de pasantía era hace una semana; todos los nuevos ingresos están ubicados, hago esto por ti y por ser la esposa de nuestro CEO—, respondió Nora.

—No se si esto sea una buena idea Nora—, recrimine.

—Duclen, puede retirarte por favor—, mandó Nora.

Nora espero a que Duclen saliera de la oficina para empezar a hablar.

—Kiara, creo que el hecho de que tu seas la nueva asistente de Bastián solo servirá para que se acerquen más, ambas sabemos que no se conocen en lo absoluto—, enunció ella.
—No necesito conocer a Bastián, de hecho, lo que necesito es alejarme de él—, confesé.

—Los dos son tan tercos, se parecen más de lo que ustedes piensan—, susurró ella.

—No se si pueda hacer esto, debo verlo en el apartamento y también en el trabajo, ¿por lo menos puedo estar en una oficina diferente de la de él?
—, rogué.

Nora suspiró sonoramente.

—De acuerdo, vere que puedo hacer por ti—, aseguró ella.
—Ahora debes llenar algunos formularios de nuevos ingresos y luego te llevare a la oficina de Bastián para informarle sobre los cambios—, manifestó Nora.

—Creo que el señor Walton está ocupado—, susurré empezando a llenar los documentos que me pasó Nora.

—¿Ocupado?—, repartió ella.

—Si, quizás con alguna puta en su oficina—, escupí.

Nora empezó a reír y no entendía el motivo.

—Pequeña, Bastian jamás traería una mujer aquí para follarsela, es muy estricto con su trabajo, no liga esas cosas—, explicó ella riendo.

—Entonces debe estar alguien muy importante en su oficina—

—Tonterias, ya verás que nos recibirá cuando le informé a su secretaria el motivo de nuestra visita—, declaró Nora.

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